¿Prueba de amor?

Este no es sobre sexo, sí aceptos, reproducción o sacrificios. Estos gestos apenas ocupan minutos del total de la vida de una persona. Luego mutan en recuerdos y sombras que exigen más sangre de el que ya no sabe qué más dar.

El amor se inspira, se nutre, se cuida, se pierde... pero no se prueba. No es una hipótesis a sustentar con estudios y experimentos. No se puede enseñar en seminarios de Carlos Cuauhtémoc o Paulo Coelho. Cuantificarlo es imposible. Y aún más alcanzar un orden justo y racional.

¿Pero el amor al menos es seguro o incondicional? Otro mito más a desbancar.

Todo lo creado por la humanidad es perecedero. Incluso nuestras grandes obras, que serán aire y arena tras el primer invierno atómico - nuclear. En el tiempo después de nuestro tiempo. Ahí donde ya no existirá a lengua, o la sola idea de que un lengüaje es necesario para comunicarse.

Nada es finalmente trascendental. Sobretodo si se sustenta en el humor frágil y cambiante de una persona como pasa con el amor. Un día la paz no te dio para sonreír y decir mi amor. Otro día la energía no te alcanzó para hacer lo que más necesitaban de ti. Luego los días se vuelven semanas, meses y años. Finalmente lo que primero fue un suceso incómodo se vuelve una vida que ya no se aguanta. No es que el amor acaba, como cantaba José José, sino que es el ser humano el que se va acabando. El tiempo le ahorca la aorta. La desesperación dicta sus latidos. Y al final tal vez no quede nada más que su inútil lucha por no ser tan insignificante como el resto.

A la luz de todo esto permancer con alguien que no te aporta cada vez importa menos.

A mis 30 sólo estoy seguro de que no hay nada seguro. Excepto la muerte. Salud a aquellos que no pueden más y buscan la última y más grande certeza