Friday, November 12, 2010

Avalon


Sentado en su trono astral, el rey del nuevo mundo nos observa.
Su odio luminoso hiede de sus hombros y alumbra su testa.
Sus manos se tensan.
Sus dedos se estiran.
Un panel de control se activa.
La orden ha sido dada.
Y a su espalda un ventanal muestra los últimos momentos de la tierra.
Una ojiva nuclear vuela.
No somos nada.



El Avalon es un árbol de manzana no me acuerdo en qué lengua muerta. También es el lugar de reposo y restitución del Rey Arturo, en esa misma isla donde fue forjada Excalibur. Pero no los voy a aburrir con cuentos de caballería o de cabaret, según lo que ustedes hayan entendido por Excalibur.

Avalon es la canción que evoca un tipo de conflicto del que todos quisiéramos ser parte. Esa lucha entre dos, ese momento íntimo e individual al que se reduce el sacrificio de millones. Como el sudor frío cayendo en el panel del control del Enola Gay horas antes de terminar la más grande de las guerras con dos estallidos. Como la sangre que huye del pecho de un soldado apuñalado, sus respiros espaciados y apagados, en Salvando al Soldado Ryan. Como los gritos de los hinchas en el Camp Nou que parecen empujar un poco más las piernas de Messi a metros de un gol. Avalon enfrenta a la ideología con la megalomanía, al homo sapiens con el homo superior, es un conflicto imposible ilustrado en un cómic que cobra vida en un juego. El cómic X-men fatal Attractions. El juego X-men Children of the Atom.

Magneto: Erik Leshnerr: Víctima de los Campos de Concentración. Tras ver a sus padres muertos por el odio racial, concluyó que si la convivencia pacífica era imposible entre humanos, sería mucho más entre mutantes. Su creencia lo enfrentó con su mejor amigo. Su fracaso lo llevó a darle una oportunidad a la paz. Su cansancio lo llevó a Avalon. Una base en órbita geocéntrica con la Tierra, readaptada a sus necesidades de procurar una Utopia para los mutantes. Y también uno de sus primeros lugares de muerte.

Como en los juegos, la muerte también es algo pasajero en los cómics. Si no miren ahora a Superman, pavoneándose como si nada. En esa oportunidad Magneto fue dejado por muerto tras habérsele inducido un coma cerebral. En la vida real secuestran los medios, en los cómics los silencios son más trabajados e interesantes, pero igual de fascistas. ¡Pobre de aquel que dedique su vida a forjar un mundo distinto, Como lo hizo Magneto con su Utopia!

Avalon es un lugar y también un tema musical que suena durante la pelea final en X-Men Children of the Atom. Magneto te espera en su trono, con la Tierra a sus espaldas. Desciende apacible desvalidando tu estéril defensa de los humanos. Se detiene frente a ti. Seguido, sólo dos se enfrentan, resolviendo razones que involcuran a millones, mientras suena Avalon. Y la lucha avanza igual que la plataforma móvil donde se hallan los dos. Viajando por toda la estación, mostrando el poderío de su cuarto de máquinas, la suficiencia de sus zonas residenciales, la palpable amenaza de sus ojivas nucleares. Ganes o pierdas, es un momento íntimo empujando por toda la humanidad, que te embarga tanto como te quieras creer la ficción. Y a mí me gusta esta ficción.

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