Monday, December 13, 2010

Reversión

En algún lado leí que el estado natural de las cosas es volver a hacer lo que alguna vez abandonaron. A esto se lo conoce oficialmente como reversión. Así, quién ha dejado de fumar, nunca dejará del todo ese deseo. Si te resentiste y "terminaste" con un amigo, es probable que lo vuelvas aceptar. Y yo me pregunto si lo mismo pasará con la infidelidad.

Yo he sido infiel. Normalmente pongo los cachos cuando el amor y la buena voluntad se me acabó hacia la persona con la que estoy. No le he sido infiel a mi esposa, pero estoy en un punto en el que no estoy muy lejos de esta reversión. Le fui infiel a Gia con una chica que trabajaba en mi casa. Le fui infiel a Natalia con Maribel. Y aunque Diana me fue infiel con el corazón, me propone desquitarme con ella libre de represalias y culpa. Pero no. Si llegamos a eso, prefiero abandonarla de golpe en lugar de hacerlo en traumatizantes cuotas mensuales.


En mi mente recorro constantemente lo que podría ser. Me pienso con Diana en una nueva casa, con su mamá, los dos felices y sin más problemas que que querernos y superarnos profesionalmente. Y luego me acuerdo que con la mujer con la que estoy ahora ya no tiene la confianza absoluta que me tenía al principio. Y entonces ya no quiero tener nada con ella. Ni siquiera la obligación de pensarla.
Y ahí empiezo a recorrer el otro camino.
Me imagino el 15 de enero del 2011, con todas mis promesas y deudas saldadas con ella. Con mi propia cuenta de ahorros donde ya tengo los $600 para el divorcio y una cantidad interesante de fondos para subsistir y gozarme el tiempo que me tome olvidarla. De hecho la semana anterior hice el trío que hace tanto tiempo quería. Por una vez me resulta bastante liberador poder recordar el sexo sin el peso del embarazo o la traición, y evocar ciertos instantes como mantras que me relajan. Y lo mejor: la puta no te traiciona porque los dos no se mienten diciendo que el compromiso va más allá del palo. Y aunque se vale repetir, no tienes porque cargar con su vida...sólo con el peso del cuerpo o de su culo según la posición. Al final no conseguí el depatarmento/suite en la zona norte como quería, pero tampoco tengo mucho de qué preocuparme. Casi todas mis cosas las dejé donde mi viejos y lo verdaderamente esencial lo cargo en un mochila y en un maletín. No confío mucho en el casero, así que procuro no dejar nada más que una que otra muda de ropa en los cajones y algún libro desperdiga por ahí. Ja, recuerdo la tarde en la que, regresando de Capo en bus, vi a través de la ventana una paloma deshecha por las llantas de un carro, muerta por lo que menos esperaba. Recuerdo lo identificado que me sentí, y como a mí también me mató lo que menos esperaba. Pero ya no estoy obligado a pensar en eso.

Así pienso esto dos caminos. El escape está más desglosado que la estadía, porque en esa ruta no hay nada a la vista que me pueda decepcionar. No hay quién traicione mi confianza. No hay espacio para sean deshonesto conmigos. Ni hay crisis ni apuro que enfrentar. No hay nada más que lo a mí me pueda importar.

Durante 4 años intenté estar con Diana. Renegué mi futuro mezquino, pensando en todo lo que ella podía ser para mí. Y ahora de eso no queda nada más que la desconfianza que cada día me come más.

No puedo estar con quién no puedo confiar y apoyarme absolutamente.

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